La religión
es el factor dominante en la moral de toda sociedad. De ahí que el
tradicionalismo, absolutismo, intolerancia y dogmatismo, características
fundamentales de toda religión, hayan terminado impregnando fanáticamente la
consciencia, y mente en general, de la mayoría de la humanidad, con infames,
injustas y terribles consecuencias.
Gracias a la
religión, los seres humanos, han racionalizado normas de conducta contrarias al
buen juicio, así como también, se han implantado en el inconsciente colectivo,
prejuicios brutales y complejos aberrantes, no solamente contra el hombre sino
contra otros animales no humanos, algunos de los cuales han ayudado enormemente
al ser humano. Ahí está por ejemplo el caso del cariñoso y leal perro.
Le Biblia
Cristiana, considerada por religiosos y creyentes cristianos, la única y
verdadera palabra de Dios, se refiere en muchos de sus pasajes y versículos,
con términos injustos, despectivos, humillantes y violentos en contra del perro, sin que medie ninguna forma de piedad
y razón.
Constatemos
algunos ejemplos:
Éxodo.
11.7.- “Pero contra los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un
perro moverá su lengua”.
1 Samuel.
17. 43.- “Soy Yo perro para que vengas a mí con palos”.
1 Samuel.
24. 14.- “¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un
perro muerto?”
2
Samuel. 16.9.- “¿Por qué maldice este
perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar y le quitaré la
cabeza”.
1Reyes.
21.19.- “En el mismo lugar donde
lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre,
tu misma sangre”.
2 Reyes.
8.13.- “Pues, ¿qué es tu siervo, este perro, para que haga tan grandes cosas?”
2Reyes
9.36.- “En la heredad de Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel”
.
Salmos 22.
16.- “Porque perros me han rodeado; me
han cercado cuadrilla de malignos”.
Salmos 59.
6.- “Volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán a la ciudad”.
Proverbio
26.11.- “Como perro que vuelve a su vómito”.
Isaías
56.10.- “Todos ellos perros mudos no saben ladrar, soñolientos, echados, aman
dormir”.
Isaías
56.11.- “Y esos perros comilones son insaciables”.
Mateo 7.6.-
“No deis lo santo a los perros”.
Lucas
16.21.- “Aún los perros venían y le lamían las llagas”.
Filipenses
3.2.- “Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros”.
Apocalipsis
22.15.- “Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, fornicarios,
homicidas, idólatras, y todo aquel que ama y hace la mentira”.
La religión
se impone en el inconsciente de las manadas sociales, haciendo que la gente
actúe maquinalmente. La religión le ha dicho a la sociedad que el perro es un
animal merecedor de repudio, indiferencia, humillación, maltrato y hasta digno
de muerte. Por eso, hay ignorantones malditos que maltratan a los perros
inmisericordemente, canallas que los hacen pelear entre ellos, o los usan para
destrozar a otros animales. Por eso vemos a perritos callejeros abandonados por
brutos que simplemente se cansaron del juguete. Por eso, la gran mayoría de
miembros de la sociedad mira con desdén o apatía al infeliz animal famélico y nervioso que recorre las
calles en busca de un pedazo de alimento o un sorbo de agua.
Te sugiero
que revises los versículos en tu Biblia personal o familiar; y la próxima que vayas
a misa o asistas al culto, le preguntes al cura, sacerdote, o a tu pastor, qué
pecado terrible cometió el perro para que sea tan infamemente zaherido y
difamado por la palabra del Dios religioso; te anticipo que, muy probablemente,
el cura o pastor intentará usar algún dogma de fe que racionalice semejante
barbarie y sinrazón.
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