domingo, 29 de diciembre de 2013

Los Perros y la Biblia Cristiana.







La religión es el factor dominante en la moral de toda sociedad. De ahí que el tradicionalismo, absolutismo, intolerancia y dogmatismo, características fundamentales de toda religión, hayan terminado impregnando fanáticamente la consciencia, y mente en general, de la mayoría de la humanidad, con infames, injustas y terribles consecuencias.

Gracias a la religión, los seres humanos, han racionalizado normas de conducta contrarias al buen juicio, así como también, se han implantado en el inconsciente colectivo, prejuicios brutales y complejos aberrantes, no solamente contra el hombre sino contra otros animales no humanos, algunos de los cuales han ayudado enormemente al ser humano. Ahí está por ejemplo el caso del cariñoso y leal perro.

Le Biblia Cristiana, considerada por religiosos y creyentes cristianos, la única y verdadera palabra de Dios, se refiere en muchos de sus pasajes y versículos, con términos injustos, despectivos, humillantes y violentos en contra del  perro, sin que medie ninguna forma de piedad y razón.

Constatemos algunos ejemplos: 
 
Éxodo. 11.7.- “Pero contra los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua”.
              
1 Samuel. 17. 43.- “Soy Yo perro para que vengas a mí con palos”.

1 Samuel. 24. 14.- “¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto?”

2 Samuel.  16.9.- “¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar y le quitaré la cabeza”.

1Reyes. 21.19.-  “En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre”.

2 Reyes. 8.13.- “Pues, ¿qué es tu siervo, este perro, para que haga tan grandes cosas?”

2Reyes 9.36.- “En la heredad de Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel”
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Salmos 22. 16.- “Porque perros me han rodeado;  me han cercado cuadrilla de malignos”.

Salmos 59. 6.- “Volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán a la ciudad”.

Proverbio 26.11.- “Como perro que vuelve a su vómito”.

Isaías 56.10.- “Todos ellos perros mudos no saben ladrar, soñolientos, echados, aman dormir”.

Isaías 56.11.- “Y esos perros comilones son insaciables”.

Mateo 7.6.- “No deis lo santo a los perros”.

Lucas 16.21.- “Aún los perros venían y le lamían las llagas”.

Filipenses 3.2.- “Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros”.

Apocalipsis 22.15.- “Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, fornicarios, homicidas, idólatras, y todo aquel que ama y hace la mentira”.

La religión se impone en el inconsciente de las manadas sociales, haciendo que la gente actúe maquinalmente. La religión le ha dicho a la sociedad que el perro es un animal merecedor de repudio, indiferencia, humillación, maltrato y hasta digno de muerte. Por eso, hay ignorantones malditos que maltratan a los perros inmisericordemente, canallas que los hacen pelear entre ellos, o los usan para destrozar a otros animales. Por eso vemos a perritos callejeros abandonados por brutos que simplemente se cansaron del juguete. Por eso, la gran mayoría de miembros de la sociedad mira con desdén o apatía al infeliz  animal famélico y nervioso que recorre las calles en busca de un pedazo de alimento o un sorbo de agua.

Te sugiero que revises los versículos en tu Biblia personal o familiar; y la próxima que vayas a misa o asistas al culto, le preguntes al cura, sacerdote, o a tu pastor, qué pecado terrible cometió el perro para que sea tan infamemente zaherido y difamado por la palabra del Dios religioso; te anticipo que, muy probablemente, el cura o pastor intentará usar algún dogma de fe que racionalice semejante barbarie y sinrazón.

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